martes, 21 de diciembre de 2010

Humedad en el frente.

Se quejan los periodistas deportivos y en especial los que informan desde el Santiago Bernabeu (que lo sufren cada dos semanas) de tener los pies mojados. Pero la táctica, Mouriño sigue aplicándola paradójicamente antes y después de los partidos: quejido tras llanto, llorar tras quejarse. Sólo (con acento, lo siento por él) sabe buscar excusas y culpables y tratar de tener todo controlado, y digo todo. Todo debe estar bajo control y under pressure, Queen dixit, de sus declaraciones previas y/o posteriores, manejos, intenciones... Y por seguir quejándose, ahora se lamenta de que lo tiene que hacer solo (sin acento, lo siento por él).

Primero fueron Casillas y Cristiano Ronaldo y como no, por el más antiguo de los motivos: por una mujer. Vistámoslo de falta de cariño y compañerismo. Y ahora el entrenador ataca al director general. ¿Quién manda más? ¿Quién debe mandar? ¿Quién controla al controlador? "Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar" apunta el argentino. "Yo quiero esto y lo otro y contigo no hablo" señala el portugués y en rueda de prensa solicita una entrevista con el presidente. Cosas veredes...

Pues eso ¡el Madrid quejándose de los árbitros! y en el medio de todas estas guerras intestinas (que no intestinales, por mucha gente que lo diga. No sabemos si alguien de ese club padece de ahí) el único que cae es un caballero de 75 años víctima de, ya se lo imaginan, fuego amigo.

Difícil solución tiene Florentino Pérez, poco amigo de tomar decisiones (ver resaca clasica, 30/11/10 en este blog) aunque la balanza se está inclinando, en principio, hacia el míster. O corrige todo esto o compra serrín. Gracias.

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