lunes, 27 de diciembre de 2010

No tengo palabras (ellos sí)

"Hay menos violencia de género en las parejas casadas por la Iglesia" Juan Antonio Reig Plá, obispo de Alcalá de Henares.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/obispos/dicen/hay/maltrato/fuera/familia/clasica/elpepusoc/20101228elpepisoc_5/Tes
http://www.20minutos.es/noticia/914465/0/maltrato/conferencia/episcopal/

Y un artículo de Millás:

¡Una verdad!
Juan José Millás

No creemos que los hombres casados por la Iglesia peguen menos que los casados por lo civil. Tampoco que el obispo infractor se lo crea. Aquí no cree nadie en nada. Por eso, si pasara por delante de nuestras narices una verdad no la reconoceríamos. Eso, en el caso de que alguna verdad haya sobrevivido a la extinción en curso. Caen las verdades como moscas. Sales a la calle y no puedes evitar pisarlas de tantas como hay, todas muertas. Bajas las escaleras del metro y vas pisando verdades que crujen bajo la suela de los zapatos como las hojas secas del otoño. De modo que los hombres casados por la Iglesia son menos violentos. Y en el colectivo de curas es, lógicamente, donde menos pederastas florecen. Y la luz no subirá el próximo año. Y todas las medidas antisociales que están a punto de tomarse son por nuestro bien. Por el bien de todos, incluido el obispo de Segovia. ¿Se cree el obispo de Segovia que la congelación de las pensiones se hace por el bien de los pensionistas? Quizá no, pero el obispo de Segovia no cree ni en lo que dice él.Se pone uno a buscar una verdad (una verdad viva, se entiende) y no hay manera. Abundan las imitaciones de verdad al modo en que abundan las imitaciones de los complementos de Loewe, pero las primeras no han alcanzado la perfección de las segundas. Les das un par de golpes y suenan a hueco. De manera que vivimos rodeados de mentiras verdaderas y de verdades de imitación. El canal de TV por el que venía emitiéndose la CNN va a ser ocupado en breve por un Gran Hermano de 24 horas, 24 horas de reality show, es decir, 24 horas de realidad aparente. Bien, de acuerdo, en este panorama salgo yo, que soy una autoridad, y digo que los hombres casados por la Iglesia son menos machistas que los que se casan por lo civil o los que deciden vivir juntos sin papeles. Resulta raro, la verdad, porque la Iglesia no se ha distinguido jamás por su feminismo, más bien todo lo contrario. Cuando las mujeres, en los confesionarios, les narran las crueldades de sus esposos, les recomiendan resignación. Tal vez, lo que quiso decir el obispo no es que los hombres que se casan por la Iglesia peguen menos, sino que sus mujeres se quejan menos. Debajo de su mentira se escondía una verdad. ¡Una verdad viva!

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