miércoles, 9 de diciembre de 2015

De las habas al coto.

     De tanto usarlas, las frases se hacen con el tiempo refranes y aunque se vayan convirtiendo en un lógico tópico rozando siempre en la demagogia no debemos dejar de repetirlas cuando son en forma de denuncia.

      Cierto es que en todas partes cuecen habas, lo sabemos hasta la saciedad pero tal como revela Leila Guerriero en El País también en Argentina está limitado el acceso a la cultura. Allá (bien pronunciada la ll, por favor) también piensan aquellos dos postulados básicos de la dictadura. O dictablanda, vaya usted a saber.

     1. Cuanto menos acceso a la cultura al vulgo, mejor. Que no lean
     2. Si no pueden pagarse los libros, los médicos, el colegio... ¡que se jodan! (o que se mueran)

     No pensemos más en las habas ni en el mal de muchos porque de no impedírselo antes, no pararán hasta convertir la cultura, la medicina, ... el país en su coto privado.

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